martes, 31 de mayo de 2011

De simple comentario a ensayo étnico


                                                Caballos en La Vall de Camprodón 


Estoy de acuerdo en casi todo contigo. Pero si no te gusta el futbol, ¿ qué más te da que sea de un sitio u de otro para que quieras que gane un equipo determinado?. Vienes a lo mio entonces: en que aprovechan este para lanzar mensajes políticos y  hasta viscerales sentimientos que de otra manera no serian capaces de hacerlo.
Yo no soy partidario de esas manifestaciones enfervorizadas de triunfalismos ajenos por unos deportistas que juegan por su propio placer, que ganan sumas desorbitadas, que en muchas ocasiones hieren los sentimientos de niños que, alborazados, llegan coriiendo con ojos brillantes a que sus " idolos " ( la culpa es de la familia educadora para aclararles qué es un ídolo )  y les vuelven la espalda o les pisan los dedos con las puertas de sus deportivos. Que son jaleados enarbolando banderas que no les definen como representantes de nada en plazas o en situ, por gentes que luego no tienen que llevar a la boca de sus familias.
A estos idolatrados jugadores que lloran por que han conseguido un triunfo para su pais, diles que jueguen tan sólo por ese amor patrio y verás que sucede. 

Soy seguidor del futbol desde que estoy en una situación de jubilado parcial a mis sesenta, acogido a una ley que salió el año pasado de de duración efímera ( toda una suerte ) y  ahora me divierto con todo lo que tengo a mano, pues con lo que realmente me gusta que es el viajar y excursionar, debo restringirlo debido a la carestía del combustible. Pero no por eso dejo de criticar de forma cruel y ensañadora el futbol en su forma crematísca y política.
Respecto al relato de tus aficiones, según las iba leyendo me iba deleitando de que fueramos tan afines a las mias. Iremos hablando de forma un poco  más detallada sobre ellas.
Y por último, nunca generalizo respecto a los caracteres de los habitantes de lugares determinados, aunque hay que reconocer que los verdadermente oriundos y poco dados a moverse de sus lugares de nacimiento, tienen características marcadamente propias de ellos que los diferencian de otras regiones, paises y etnias.
Yo, como ser individual mentalmente que soy y he sido siempre aunque haya tenido famila con la que he convivido en la misma provincia, cuando viajo me integro en las gentes de allí donde voy y hasta en su idiosincrasia y aunque denoto claramente sus tendencias y sentimientos propios de esa región, comarca y hasta pueblo, nunca descrimino. Es más; procuro ver sus valores positivos para que estos minimicen los negativos. Las tierrras -  las tierras físicas, las montañas, los rios, las llanuras, los desiertos ( que los hay bien bonitos en España ) - cuando las recorro, las hago tan mias o más como las que me vieron nacer, porqué al igual que el nacer como ser viviente no es cuestión de deseo ni preferencia del nacido, tampoco lo son las tierras en que lo hacemos y por lo tanto soy libre de elegirlas. 
La burocrácia social en la que nos vemos inmersos no puede cambiar esta disposición, pero si nuestro ánimo y nuestros sentimientos. 
¿ Acaso debemos amar a nuestros progenitores o descendientes simplemeente porque lo son aunque estos nos torturen física y mentalmente ?. Pues lo mismo sucede con esos apegos a veces gazmoños de las tierras que acogieron nuestras vidas sin saber de leyes, de etnias, de costumbres, de tradiciones. Es innato en el humano desde los tiempos en que pasaron a formar parte de clanes dominados por jefes y chamanes y sobre todo al invento de la agricultura y hacerse sedentarios, cuando se despertaron los sentimientos de apego a las tierras de las que dependian. 
No sucedió esto en  los que siguieron con su nomadismo y trashumancia y eso lo podemos ver aun de forma reminiscente en pobladores de una misma región, comarca o pais en donde prima un caracter dominante que  caracteriza a la generalidad. Luego, no podemos decir que los españoles, franceses, valencianos o toledanos, son "así ", porque dentro de ese conjunto puede que existan muchos más caracteres definitorios minoritarios y diferentes a los que se les atribuye a esa generalidad.




sábado, 21 de mayo de 2011

Epistolario rescatado


.Buenos días,amor.
 Ya ves. Tres horas he dormido y aquí me tienes tan despierto y despejado como el dia que ha salido. Así que,  me largo de excursión. No te quiero despertar, cariño, pues te veo con esa cara  tan risueña llena de un plácido sueño y tranqulidad que te dejo, eso si, con beso en tu frente, en tus labios y en esa mano malherida que ya no te duele tanto.
 He despertado a tu lado y a tu lado he pasado la noche tan gratamente que no he sentido más que la paz de saber que, rozando mi cuerpo, ha dormido un ser enamorado de mi tanto como yo de él, de igual manera como si antes hubieramos hecho el amor de forma tan inmensamente apasionada sin dejarnos de querer, que nos hubiera dejado extasiados y listos para pasar varias horas relajados con los pensamientos entrelazados. Diciendonos a cada momento:  te quiero, vida mia, gracias por estos momentos y todos los de todas las horas y minutos que forman el dia. Gracias por haberte cruzado en el camino y nos hayamos puesto la zancadilla para decirnos , ¡eh!, estoy aquí; y al girar la cabeza y cruzar las miradas, hayamos comprendido que aun no siendo el camino todo llano ni exento de agudos guijarros, nos cogemos de la mano y, cuando uno de nosotros tropieza, le ayudamos y al levantarse un poco lleno de polvo, le sacudimos este de encima para a continuación darle un abrazo, un beso, un te sigo queriendo y sigamos el camino hacia ese horizonte plagado de nubes multicolores que dejan ver nitidamente un cielo añil y sonriente.
 Asi se levanta mi espiritu viendo y notando como sale suavemente tu respiración por tu nariz. Es el aire que antes aspiras  compartiendo  este entre aquella  y  con  tus bellos labios ligeramente entreabiertos. Te los beso otra vez y te miro largamene. Y mientras, voy repitiendo mentalmente pero con fuerza que hasta temo despertarte : te quiero, te quiero, dulce amada. 
De verdad. ¿A quien tengo que dar las gracias por haberte encontrado?.
No soy un creyente de tu dios cristiano, pero si del que entre los dos sin querer, a fuerza del querer, hemos forjado.